Cuando mendigas amor te conviertes en un tapete...
Los más célebres tapetes que hay:
El tapete salvador
Te sientes responsable por los demás, por sus emociones, pensamientos y acciones. Los quieres ayudar aunque no te lo hayan pedido, te miras como el rescatador de sus problemas. Si alguien te cuenta sus asuntos, te involucras de tal modo, que no puedes dormir buscando soluciones, dedicándole tu atención y energía más de tres veces diarias y negándote a disfrutar la vida.
El tapete facilito
Siempre dices sí aunque quieras decir no. Temes el rechazo y aceptas lo que sea con tal de sentirte aceptado y seguir perteneciendo a tu grupo o familia. Tratas de demostrar que eres buena persona quedando atrapado en tus relaciones. Te sientes culpable constantemente cuando opinas, cuando decides algo, cuando dices no. La culpa te vuelve un excluido. Llegas incluso a aceptar el sexo con alguien aunque no lo quieras.
El tapete piel de víbora
Buscas conflictos por todos lados para evitar el vacío en tu vida. Sin crisis o problemas, tu existencia es aburrida y deprimente. Por cierto, te encanta el chisme y el viboreo. Mejor hablar de los otros que ocuparte de ti mismo.
El tapete títere
Los demás controlan tu vida y lo permites. "Dime qué hacer", "¿qué me aconsejas?", "¡Resuélveme la vida!". Hablas con indirectas, te cuesta trabajo pedir las cosas de un modo directo. Mientes frecuentemente para protegerte.
El tapete solidario
No crees que merezcas ser feliz si los otros sufren, especialmente tus seres más queridos: padres, hermanos, hijos, pareja, amigos. Cualquier mérito o premio de la vida, tiendes a minimizarlo o esconderlo, "para no ofender a los otros", "no se vaya a molestar", "No tengo derecho a que me vaya bien, si los demás están mal". Te cuesta trabajo relajarte y divertirte.
El tapete punching bag
Permites ser agredido, golpeado, insultado, molestado y sólo soportas estoicamente. Tu resentimiento y enojo lo reprimes. Sabes que te están dañando pero sigues con el agresor. Te volviste adicto al sufrimiento y te justificas diciendo "Es voluntad divina" o "¡Así es la vida y hay qué resignarse!"
El tapete de celofán
Eres hipersensible a la crítica de los demás. Te fijas más en el pequeño punto negro y olvidas los cientos de puntos blancos que hay alrededor. Minimizas el comentario centrado y maximizas la crítica y los halagos. Buscas la aprobación de los demás para tomar decisiones o modificar tus conductas.
El tapete bomba de tiempo
Sólo expresas tus emociones hasta que te hartan y explotas violentamente contra todo y contra todos. Estás siempre a la defensiva, los demás sólo buscan atacarte. Normalmente no dices lo que sientes. Eres lento en enojarte... "hasta que llega la gota que derrama el vaso".
El tapete negro
Los demás son responsables de tu felicidad. Las circunstancias de tu vida son provocadas por el otro, la pareja, la familia, la crisis económica, el gobierno, la situación mundial. "Mi vida es un fracaso por culpa de mis padres". Vives estancado y aislado, aún cuando los demás te demuestren su cariño. Duermes mucho. El mundo lo ves negro y sin esperanza. Eres propenso a las adicciones y has llegado a pensar en la muerte para escapar de tus problemas.
El rey de los tapetes.
Disfrutas sufrir, y cuando llega alguien a rescatarte, de víctima pasas a victimario, volviéndote controlador de los sentimientos ajenos, manipulando los afectos y haciendo sentir culpable a todo el que está cerca de ti. "Haz lo que quieras, al fin que yo estoy sola e indefensa"; "Ese es el destino de una madre: vivir abnegada ante el desprecio de los hijos"; "Yo no nací para amar, nadie nació para mí"; "¡Creo que me va a dar otro desmayo!".
Disfrutas sufrir, y cuando llega alguien a rescatarte, de víctima pasas a victimario, volviéndote controlador de los sentimientos ajenos, manipulando los afectos y haciendo sentir culpable a todo el que está cerca de ti. "Haz lo que quieras, al fin que yo estoy sola e indefensa"; "Ese es el destino de una madre: vivir abnegada ante el desprecio de los hijos"; "Yo no nací para amar, nadie nació para mí"; "¡Creo que me va a dar otro desmayo!".
¡Uf! Después de esta lista, creo que la especie humana tendría que cambiar su nombre por el de "Homo Tapetitus" pues,
¿TE HAZ CONVERTIDO EN ALGUNOS DE ESTOS TIPOS DE TAPETE?
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FUENTE: JESUS PINA
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